JUAN DEL VALLE Y CAVIEDES
Juan del Valle y Caviedes (Porcuna (Jaén), 11
de abril de 1645 - Lima, 1697), conocido como «El
poeta de la Ribera» fue un poeta y dramaturgo nacido
en España que vivió casi toda su vida en el Perú.
Sus padres fueron Don Pedro del Valle y Doña María Caviedes.
Al morir su padre en 1661, viajó a Lima siendo un niño,
para vivir con su tío materno. Regresó a España por sólo tres años cuando ya
tenía él veinte. Estuvo dedicado a la explotación de minas en Huancavelica, y
se casó en 1671 en Lima con Beatriz de Godoy y Ponce, dama de Moquegua, con
quien tuvo seis hijos y luego enviudó. Luego de esto pasó muchas penurias y
pobreza, y sufrió de enfermedades. Sin embargo fue también un bohemio, y tenía
amigos a los que leía y con los que festejaba sus escritos satíricos, puyas y
mordacidades. En su literatura hace burla tanto de los médicos como de los curanderos
y del «Doctor Corcovado», su archienemigo. Según algunas fuentes Del Valle
dilapidó sus pocos ingresos y murió sumido en el alcoholismo.
JUAN DE ESPINOZA MEDRANO
Juan
de Espinosa nació en Cusco (1688) conocido con el apodo de El Lunarejo, fue un clérigo y literato del
Perú.
Lo
llamaban así por los lunares que marcaban su rostro y en vida fue ya toda una
leyenda. Políglota y polifacético, antes de los 18 años ya escribía
autos sacramentales, componía música sacra
y dominaba el latín, el griego,
el hebreo y,
por supuesto, el quechua.
Su
primera obra tal vez sea "El rapto de Prosepina", drama que la
tradición dice que escribió cuando no había cumplido los quince años y que
llegó a ser representado en Madrid y Nápoles.
También para el teatro compuso "El amar su propia muerte" y el
auto sacramental en quechua "El hijo pródigo". Además, escribió en
latín, el tratado de lógica "Curso de filosofía tomística", y treinta
de sus sermones, sin duda los más bellos que se han compuesto en el Perú,
fueron agrupados póstumamente por sus admiradores y publicados en 1695, bajo el título de
"La novena maravilla".
Pero
fue su "Apologético en favor de Luis Góngora",
príncipe de los poetas líricos
españoles, la obra que le aseguró un lugar en la posteridad. Publicada en 1662, es una apasionada
defensa del gran poeta cordobés.
No
obstante sus méritos académicos y literarios, se desempeñó con humildad durante
muchos años como párroco de la iglesia de San Cristóbal, donde sus elocuentes
sermones convocaban multitudes. Durante sus últimos años integró el cabildo
diocesano en la catedral del Cusco y dictó cátedra en el Seminario.
Murió
el 13 de noviembre de 1688, en medio del sentimiento general de un pueblo que
lo había acogido como suyo.